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Las nuevas tecnologías están ahora al servicio de las empresas, que pueden aprovechar su potencial para automatizar procesos y mejorar así su capacidad de producción, la calidad e impulsar el crecimiento de las organizaciones.
Executive Digest habló con Pedro Morais, socio y CTO (Chief Technology Officer) de Nextbitt, que nos dio su opinión sobre la importancia de automatizar los procesos para mejorar el rendimiento de la empresa.
En pocas palabras, la automatización de procesos, en este como en otros ámbitos, tiene claras ventajas para optimizar el recurso más escaso de las organizaciones, su talento.
Al hacer que los procesos de gestión de activos físicos de las organizaciones sean más ágiles y automatizados, maximizamos los periodos de utilización de los recursos, reducimos los costes operativos, gestionamos procesos como los ciclos de mantenimiento de forma más eficaz y podemos rastrear su ubicación para garantizar su disponibilidad cuando sea necesario. Todo ello supone una interrupción mínima del proceso operativo normal de cada organización.
Esto implica también una decisión tecnológica de utilizar plataformas avanzadas, como Nextbitt, para afrontar este reto de automatización y agilidad en la gestión. Por ejemplo, mediante la incorporación de soluciones de sensorización, entre otras, la dirección de operaciones dispone de una visión única y en tiempo real del estado de tus activos, lo que le permite gestionarlos de forma mucho más eficiente y sacarles el máximo partido.
La automatización aporta previsibilidad y agilidad a los equipos de mantenimiento, lo que supone un reto para las grandes organizaciones distribuidas debido a la diversidad de activos que hay que mantener.
Al facilitar la gestión de los procesos, la comprobación de los problemas y la continuidad de las operaciones con el mínimo trastorno para los empleados afectados, la automatización permite abordar estas cuestiones, permitiendo a los equipos ser más productivos y mejorar su eficacia, así como minimizar los periodos de mantenimiento y su impacto en la organización.
S.A.M. (Smart Asset Management) redefine el paradigma de la gestión de activos, llevándola a un nuevo umbral de complejidad y eficiencia. Fruto de una alianza estratégica entre Nextbitt y Microsoft, esta solución aprovecha las tecnologías más avanzadas de inteligencia artificial para validar y gestionar todo el proceso asociado al problema presentado por el usuario a través de un sistema con el que todos los empleados están familiarizados, como Teams o WhatsApp, proporcionando al equipo de mantenimiento información valiosa sobre qué hay que hacer y cuándo. También permite agilizar y automatizar los procesos de gestión de operaciones de las empresas con tus respectivos equipos de mantenimiento.
Con esta tecnología, la solución S.A.M. se convierte en un colaborador más que en una herramienta. Esta solución es el resultado de una apuesta estratégica por incorporar las tecnologías más avanzadas a la plataforma Nextbitt, poniéndolas al servicio de los negocios de tus clientes.
La inteligencia artificial es un copiloto que complementa y añade conocimientos e información al operador, dotándole de una capacidad única para tomar decisiones con conocimiento de causa y a tiempo. En este contexto, al filtrar la información esencial para identificar correctamente una necesidad, la inteligencia artificial aporta una agilidad y una rapidez de respuesta inigualables.
La solución que ahora ponemos a disposición de nuestros clientes tiene, gracias a la inversión estratégica que hemos realizado en el desarrollo de nuestra plataforma, la clara ventaja de estar disponible de forma inmediata para que todos los clientes que quieran probar la solución y aprovechar las ventajas de la inteligencia artificial puedan hacerlo ya. Esto se debe a que S.A.M. es una solución de Software como Servicio y, como tal, puede implantarse cuando el cliente lo desee.
Con la solución S.A.M., los equipos operativos dejarán en el pasado las pantallas, la grabación de registros o la actualización de flujos de trabajo y pasarán a utilizar Microsoft Teams, WhatsApp, Telegram o incluso la voz para iniciar procesos, cuestionar situaciones y recibir información de forma mucho más ágil y automatizada. Es natural que estos escenarios de uso puedan extenderse progresivamente a nuevas dimensiones en la gestión de operaciones, dado su potencial para simplificar y optimizar procesos.
En primer lugar, diría que es esencial que las organizaciones lleven a cabo un análisis de tus necesidades y de las tecnologías que han implantado.
Tras este análisis, y teniendo en cuenta las necesidades específicas de la organización (industria o servicios, que tienen necesidades muy diferentes; un único centro o varios; gestión de todos los activos físicos o parciales; conexión al sistema de gestión; definición del cuadro de mandos de información específico necesario, etc.), las empresas deben decidir si implantan la solución, creando una hoja de ruta que garantice una interrupción mínima de la explotación.
Estas tecnologías presentan retos muy similares a los de otras tecnologías que ya son de uso generalizado, como el big data, la movilidad u otras.
El principal reto es, sin duda, identificar correctamente todas las variables que se verán impactadas por la solución y preparar a los equipos para aprovechar al máximo el potencial que encierran estas tecnologías, así como apoyar a los usuarios y a las organizaciones en su búsqueda de una mayor eficiencia, liberándoles para tareas de mayor valor añadido.
La cuestión de la seguridad es cada vez más visible para las organizaciones, especialmente en el contexto del uso cada vez más ubicuo de tecnologías basadas en una infraestructura de Internet.
Pero en realidad, difícilmente existe una estructura más robusta y preparada para responder a los retos de seguridad que la desarrollada por los principales proveedores de servicios en la nube.
Por eso Nextbitt ha hecho esta apuesta estratégica: por un lado, invertir en una solución Software-as-a-Service, que elimina la complejidad de gestionar una solución instalada en los sistemas de los clientes; y, por otro, asociarse con una de las empresas líderes mundiales del sector, lo que permite garantizar la seguridad y la continuidad empresarial/operativa. Como ocurre con todas las innovaciones, es inevitable que haya cierta resistencia inicial a estos cambios.
Estas dos tendencias han pasado de ser más laterales a ocupar un lugar destacado en cualquier estrategia tecnológica y empresarial.
Consultoras como IDC predicen una creciente adopción de estas dos tecnologías en todos los ámbitos, y naturalmente también en la gestión de operaciones. Juntas, y también vinculadas al Internet de las Cosas y a la detección de activos, estas tecnologías pueden crear claras oportunidades para optimizar procesos y minimizar costes.
El camino a seguir dependerá en gran medida de la capacidad de mejorar la gestión preventiva de los activos, garantizando la optimización de costes y gastos como la energía, que son esenciales para que las empresas puedan responder al acuciante reto de la sostenibilidad.
En cuanto a la automatización, será posible reducir drásticamente el número de tareas rutinarias realizadas y reducir tustancialmente los retrasos y los costes operativos.
La inteligencia artificial, al nivel que tenemos hoy, permitirá la ejecución semiautónoma y la capacidad de gestionar y analizar volúmenes muy grandes de datos. Creemos que estas dos tecnologías juntas transformarán las organizaciones y la forma en que trabajamos hoy en día.
En general, diría que es necesario invertir en formación. El modelo de aprendizaje del pasado no es compatible con el cambio y la evolución tecnológicos. Las organizaciones que no sean capaces de asimilar estos cambios se quedarán atrás porque el ritmo del cambio se acelerará y el potencial de estas tecnologías como fuente de ventaja competitiva es inevitable.
Fuente: Executive Digest
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