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En los últimos años, el concepto de sostenibilidad ha pasado de ser una tendencia a convertirse en un requisito vital en el mundo empresarial. Las empresas, sobre todo las que operan en sectores intensivos en recursos, se enfrentan a una presión cada vez mayor para controlar, informar y, lo que es más importante, reducir sus emisiones de carbono. Esta atención a la sostenibilidad está impulsada por una combinación de normativas gubernamentales, la presión de consumidores e inversores y una creciente concienciación sobre la necesidad de mitigar el cambio climático.
En este contexto, calcular las emisiones de carbono es fundamental para desarrollar estrategias eficaces de descarbonización y crear un impacto positivo en el medio ambiente.
En este artículo, exploramos las principales fórmulas para calcular las emisiones de carbono, sus aplicaciones y limitaciones, y le orientamos para que elija la más adecuada para su empresa.
Antes de profundizar en las fórmulas, es esencial subrayar la importancia de medir las emisiones de carbono. Medir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) - predominantemente dióxido de carbono (CO₂), pero también metano (CH₄), óxido nitroso (N₂O) y otros - es el primer paso de cualquier estrategia de reducción de emisiones. Las emisiones de carbono son el resultado directo de las actividades diarias de las empresas, desde el uso de la energía hasta la logística, y contribuyen significativamente al cambio climático.
1) Identificar los puntos calientes de las emisiones: Al medir las emisiones, las empresas pueden identificar las principales fuentes de carbono en sus operaciones, lo que les permite centrar sus esfuerzos en aquellas áreas que ofrecen el mayor potencial de reducción.
2. Cumplimiento de la normativa: Los gobiernos y las organizaciones internacionales imponen cada vez más normas estrictas sobre las emisiones de carbono. Cumplir estas normas no sólo evita sanciones, sino que puede abrir la puerta a incentivos fiscales y otras ventajas.
3. Construir una imagen corporativa positiva: Las empresas que adoptan un enfoque proactivo de la sostenibilidad son vistas más favorablemente por consumidores, socios e inversores, lo que refuerza su reputación y competitividad en el mercado.
4. Acceso a nuevas oportunidades de mercado: con la creciente demanda de productos y servicios de bajo impacto ambiental, medir y, sobre todo, reducir las emisiones de carbono se convierte en una ventaja competitiva crucial.
Existen varias metodologías para calcular las emisiones de carbono, cada una adaptada a distintos tipos de organizaciones y objetivos. Elegir la metodología adecuada depende de la complejidad de las operaciones de la empresa, de los recursos disponibles para recopilar y analizar datos y de los objetivos de sostenibilidad que se quieran alcanzar.
La fórmula más sencilla y utilizada para calcular las emisiones de carbono es:
GEI=Actividad×Factor de emisión
Este enfoque básico es útil para las empresas que acaban de empezar a medir sus emisiones y necesitan una estimación rápida y sencilla. La fórmula puede aplicarse a distintos tipos de actividades, como el consumo de energía, el uso de combustibles fósiles o el transporte.
Ejemplo práctico: Una empresa que consuma 20.000 kWh de electricidad al año, en una región en la que el factor de emisión de la electricidad sea de 0,233 kg CO₂/kWh, calculará sus emisiones del siguiente modo:
GEI=20.000 kWh×0,233 kg de CO₂/kWh=4.660 kg de CO₂.
Ventajas:
Limitaciones:
Esta fórmula es una ampliación del planteamiento básico y resulta especialmente útil para las empresas con operaciones más complejas que utilizan múltiples fuentes de energía o tienen varias líneas de producción. La fórmula se aplica individualmente a cada fuente de emisión y luego se suman las emisiones totales para obtener una imagen completa.
GEI=∑ (Uso de la energía×Factor de emisión)
Ejemplo práctico: Una fábrica que utiliza electricidad, gas natural y gasóleo puede calcular sus emisiones totales del siguiente modo:
Total GEI=(Electricidad en kWh×Factor de emisión)+(Gas natural en m³×Factor de emisión)+(Gasóleo en litros×Factor de emisión)
Si la fábrica consume 10.000 kWh de electricidad, 5.000 m³ de gas natural y 1.000 litros de gasóleo, con unos factores de emisión respectivos de 0,233 kg de CO₂/kWh, 1,94 kg de CO₂/m³ y 2,68 kg de CO₂/litro, las emisiones se calcularían como sigue:
GEE=(10.000×0,233)+(5.000×1,94)+(1.000×2,68)
GEI=2.330+9.700+2.680=14.710 kg CO₂
Ventajas:
Limitaciones:
Este enfoque es más exhaustivo e incluye el cálculo de las emisiones de carbono a lo largo del ciclo de vida de un producto, desde la extracción de las materias primas hasta su eliminación o reciclado. Este método se conoce como Análisis del Ciclo de Vida (ACV), y permite a las empresas no sólo medir las emisiones asociadas a la producción, sino también las que se producen a lo largo de la cadena de suministro y durante el uso del producto.
Ejemplo práctico: Consideremos una empresa que fabrica botellas de plástico. La huella de carbono del producto incluiría las emisiones asociadas a:
Ventajas:
Limitaciones:
El Protocolo de Gases de Efecto Invernadero (GHG Protocol) es una de las normas más reconocidas internacionalmente para calcular y gestionar las emisiones de GEI. Desarrollado por el Instituto de Recursos Mundiales (WRI) y el Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible (WBCSD), este protocolo proporciona un marco completo para que las empresas midan y gestionen sus emisiones. El Protocolo de GEI divide las emisiones en tres ámbitos, lo que ayuda a clasificar las distintas fuentes de emisiones:
Ejemplo práctico: Una empresa manufacturera puede calcular sus emisiones de la siguiente manera:
Ventajas:
Limitaciones:
La decisión sobre qué fórmula o metodología utilizar depende de una serie de factores específicos de la empresa. Exploremos los principales criterios que deben guiar esta elección:
Medir las emisiones de carbono es un paso esencial para cualquier empresa que quiera alinearse con los objetivos globales de sostenibilidad y contribuir a mitigar el cambio climático. Elegir la fórmula adecuada para calcular estas emisiones depende de varios factores, como los objetivos de la empresa, la complejidad de sus operaciones, la disponibilidad de datos y los recursos disponibles.
Aunque las fórmulas más sencillas pueden ser suficientes para las estimaciones iniciales y para las empresas con operaciones menos complejas, quienes busquen un análisis detallado y un enfoque estratégico para reducir las emisiones deben considerar metodologías más completas, como el Análisis del Ciclo de Vida o el Protocolo de GEI.
Independientemente de la metodología elegida, lo más importante es iniciar el proceso de medición y seguir evolucionando la estrategia de sostenibilidad de la empresa. A medida que más empresas adopten estas prácticas, el impacto colectivo será significativo y contribuirá a construir un futuro más sostenible para todos.
Si necesita ayuda en el camino hacia la sostenibilidad de su organización, reserve una reunión con nosotros aquí.