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Sostenibilidad que genera resultados: el impacto del SGA en tu empresa

23/8/2024
7 min.

En el mundo empresarial actual, donde la sostenibilidad ya no es sólo un concepto abstracto sino una necesidad estratégica, implantar un Sistema de Gestión Medioambiental (SGMA) es un paso esencial para las empresas que desean seguir siendo competitivas y cumplir unos requisitos normativos cada vez más estrictos. Pero, ¿qué es exactamente un SGMA y cómo puede beneficiar a su organización?

En este artículo analizaremos las principales características y ventajas de un SGA y cómo puede ayudar a los directivos y responsables de la toma de decisiones a optimizar las operaciones, reducir costes y mejorar la reputación de la empresa.

¿Qué es un Sistema de Gestión Ambiental (SGA)?

Un SGA es una estructura organizada que permite a una empresa evaluar, gestionar y mejorar su comportamiento ambiental de forma continua. Basado en normas internacionales como la ISO 14001 (que establece los requisitos para su aplicación)1, el SGA ayuda a las organizaciones a identificar los impactos ambientales de sus actividades, fijar objetivos y metas para mitigarlos y aplicar políticas y procedimientos para alcanzar esos mismos objetivos. No es sólo una herramienta para cumplir la normativa, sino también una poderosa palanca de innovación, eficiencia operativa y creación de valor.

 

Ventajas de implantar un SGA en tu empresa

 

Reducción de los costes de explotación

Al identificar y controlar el rendimiento medioambiental en términos de consumo de energía, agua y otros recursos naturales, así como la producción de residuos, las empresas pueden aplicar medidas más eficientes para reducir su huella de carbono. Esto no sólo permite reducir los residuos, sino que también contribuye a disminuir los costes de explotación. Por ejemplo, la aplicación de tecnologías más eficientes desde el punto de vista energético o la reutilización del agua en los procesos industriales pueden dar lugar a una reducción de la huella de la organización y a una disminución significativa de los gastos de funcionamiento.

 

Cumplimiento de la legislación medioambiental

El cumplimiento de las leyes y normativas medioambientales es una preocupación creciente para las empresas, especialmente con el aumento de las inspecciones y sanciones por incumplimiento. Un SGA sólido garantiza que la empresa cumple todos los requisitos legales aplicables, reduciendo el riesgo de multas y sanciones. Es más, al anticiparse a los cambios normativos, la empresa puede adaptarse de forma proactiva, evitando la interrupción de las operaciones. Los directivos disponen así de un sistema que garantiza que todas las operaciones de la empresa se ajustan a las mejores prácticas y a los requisitos legales, evitando sorpresas desagradables.

 

Mejorar la reputación de la empresa

En un mercado en el que la imagen y la reputación son cruciales para el éxito, las empresas que demuestran un compromiso con la sostenibilidad y la protección del medio ambiente tienden a ser vistas más positivamente por clientes, inversores y otras partes interesadas. La implantación de un SGA y la obtención de certificaciones como la ISO 14001 pueden utilizarse como diferenciador competitivo, demostrando que la empresa no sólo cumple la normativa medioambiental, sino que adopta prácticas proactivas para minimizar su impacto ambiental. Esto puede ser especialmente importante en los mercados internacionales, donde las expectativas de responsabilidad medioambiental son altas.

 

Mayor eficacia y productividad

Un SGA bien implantado no sólo mejora la gestión medioambiental, sino que también fomenta la eficiencia y la productividad en toda la organización. Al optimizar los procesos y reducir los residuos, la empresa puede lograr una producción más eficiente con menos recursos. Esto es especialmente relevante para los responsables de mantenimiento, que utilizan el SGA para aplicar estrategias de mantenimiento preventivo y predictivo, prolongando la vida útil de los equipos y reduciendo los tiempos de inactividad. Además, una gestión más eficiente de los residuos y subproductos genera nuevas oportunidades de negocio, como la venta de materiales reciclables o la utilización de subproductos en otros procesos de producción.

 

Participación y motivación de los empleados

Los empleados son el activo más importante de cualquier organización y su implicación en las iniciativas medioambientales puede tener un impacto significativo en el éxito de un SGA. Un SGA eficaz fomenta la participación de los empleados a todos los niveles, promoviendo una cultura de responsabilidad medioambiental. Al implicar a los empleados en el establecimiento de objetivos y la aplicación de medidas medioambientales, la empresa no sólo mejora su comportamiento medioambiental, sino que también aumenta el compromiso y la motivación de sus empleados, que se sienten parte de una misión mayor. Esta implicación es crucial para garantizar que las prácticas sostenibles se integren en las operaciones cotidianas.

 

Principales funciones de un SGA

Ahora que hemos cubierto los beneficios de un SGA, es importante entender las funcionalidades específicas que ofrece y cómo pueden aplicarse en el contexto de su empresa.

 

Seguimiento y análisis de los resultados medioambientales

La base de cualquier SGA es la capacidad de analizar el comportamiento medioambiental de la empresa. Esto implica un seguimiento detallado del impacto, en términos de emisiones de gases de efecto invernadero, el uso de recursos como el agua, la energía y las materias primas, así como la gestión de la generación de residuos. Un SGA eficaz proporciona herramientas de análisis que permiten identificar tendencias, puntos de mejora y desviaciones de los objetivos establecidos. Para los gestores, esta funcionalidad es crucial para garantizar el cumplimiento de los objetivos corporativos de eficiencia medioambiental e identificar oportunidades de mejora continua.

 

Documentación y gestión de registros

La gestión eficaz de la documentación y los registros es un componente esencial de cualquier SGA. Esto incluye la documentación de las políticas y procedimientos medioambientales, los registros de cumplimiento normativo, los informes de auditoría y otros documentos pertinentes. Un buen SGA debe permitir la gestión centralizada de toda esta documentación, facilitando el acceso, la actualización y la auditoría de la información. Para los responsables de mantenimiento y sostenibilidad, esto significa menos tiempo dedicado a tareas administrativas y más tiempo dedicado a mejorar el comportamiento medioambiental.

 

Gestión de riesgos y oportunidades

Un SGA eficaz debe incluir una metodología para identificar y gestionar los riesgos y oportunidades medioambientales. Esto implica evaluar los impactos potenciales de las operaciones de la empresa sobre el medio ambiente e identificar medidas para mitigar estos impactos. Además, también debe identificar oportunidades de mejora que puedan resultar en beneficios económicos o de reputación para la empresa. Esta funcionalidad es esencial para garantizar que la empresa no sólo cumple los requisitos legales, sino que también se posiciona como líder en prácticas medioambientales.

 

Formación y sensibilización

La formación y sensibilización de los empleados son componentes cruciales para el éxito de un SGA. Un buen sistema debe incluir programas de formación continua sobre prácticas medioambientales y la importancia de la sostenibilidad. Esto garantiza que todos los empleados estén alineados con los objetivos medioambientales de la empresa y sepan cómo aplicar las mejores prácticas en su trabajo diario. Para los directivos, esto significa que cuentan con un equipo bien informado y motivado, capaz de contribuir activamente a la mejora continua del comportamiento medioambiental.

 

Informes y auditorías

Por último, un SGA eficaz debe incluir herramientas para la elaboración de informes y la realización de auditorías internas y externas. Estos informes son esenciales para evaluar el comportamiento medioambiental de la empresa a lo largo del tiempo, identificar áreas de mejora y demostrar el cumplimiento de los requisitos reglamentarios y las normas internacionales. Los informes y las auditorías son herramientas valiosas para garantizar que las operaciones se ajustan a los objetivos de sostenibilidad y para comunicar los resultados a otras partes interesadas.

 

Cómo implantar un SGA en 10 pasos

Implantar un SGA puede parecer una tarea compleja, pero con la planificación adecuada puede hacerse de forma eficiente y eficaz. Consulte los pasos esenciales para empezar a implantar un SGA en su empresa:

 

1. Obtener el compromiso de la dirección: Conseguir el apoyo de la dirección de la empresa para garantizar los recursos y la alineación estratégica con los objetivos medioambientales.

 

2. Llevar a cabo una evaluación inicial: identificar los impactos ambientales de las operaciones actuales y determinar las áreas prioritarias de intervención.

 

3. Fijar objetivos y metas: Establecer objetivos claros y metas mensurables basados en la evaluación inicial y las expectativas normativas.

 

4. Desarrollar políticas y procedimientos: Crear y documentar políticas y procedimientos que guíen las prácticas medioambientales y garanticen el cumplimiento de los objetivos establecidos.

 

5. Implantar el sistema: Integrar el SGA en las operaciones diarias, garantizando que todas las partes de la organización participen y reciban formación.

 

6. Supervisar y medir los resultados: Establecer un sistema de supervisión para seguir los avances con respecto a los objetivos e identificar las áreas susceptibles de mejora.

 

7. Realización de auditorías internas: Realice auditorías periódicas para evaluar el cumplimiento del sistema e identificar oportunidades de mejora.

 

8. Revisar y actualizar el sistema: Revisar y ajustar el SGA periódicamente en función de los resultados de las auditorías y de la información recibida, para garantizar su eficacia permanente.

 

9. Obtener la certificación (opcional): Considere la posibilidad de obtener una certificación, como la ISO 14001, para validar el cumplimiento y demostrar el compromiso con la gestión medioambiental.

 

10. Comunicar y celebrar: Dar a conocer los resultados económicos medioambientales a todas las partes interesadas yreconocer los esfuerzos del equipo para mantener la implicación y la motivación.

 

Conclusión

Implantar un Sistema de Gestión Ambiental es un paso estratégico para cualquier empresa que quiera operar de forma sostenible y eficiente en el competitivo entorno actual. Para los responsables de mantenimiento, energía y sostenibilidad, un SGA ofrece las herramientas necesarias para mejorar el rendimiento operativo, reducir costes y garantizar el cumplimiento de la normativa. Además, un SGA bien implantado contribuye a crear una cultura empresarial comprometida con la protección del medio ambiente, lo que a su vez puede mejorar la reputación de la empresa y generar valor a largo plazo.

Independientemente del sector de tu empresa, invertir en un SGA es invertir en el futuro. Al integrar la gestión medioambiental en tu estrategia empresarial, estarás preparando a tu organización para afrontar los retos del mañana de forma sostenible y responsable.

 

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[1] ISO 14001:2015 -Sistemas de gestión medioambiental

Colaboradores

André Ferreira

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Product Owner, Nextbitt

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