Todos los blogposts
Hoy en día, la sostenibilidad ya no es sólo una tendencia, sino un imperativo. El cambio climático, la escasez de recursos naturales y la creciente concienciación sobre los problemas ambientales y sociales obligan a empresas e inversores a replantearse tus estrategias. En este contexto, la gestión sostenible de activos se perfila como un enfoque crucial para alinear las inversiones con los valores ambientales, sociales y de gobernanza (ESG).
Exploremos qué es la gestión sostenible de activos, tus ventajas y cómo puede aplicarse eficazmente.
La gestión sostenible de activos puede definirse como la estrategia y la práctica de tener en cuenta los factores ESG en la gestión e inversión de los activos físicos y las instalacionesde una organización(incluidos edificios, fábricas y maquinaria).
Se trata de integrar criterios que evalúen principalmente el impacto Ambiental de las empresas en cuanto a la gestión de tus activos y tu patrimonio. No se trata sólo de buscar rendimientos financieros, sino de contribuir, en primer lugar, al desarrollo sostenible a largo plazo de la organización, así como de la comunidad y el mundo.
La sostenibilidad y la gestión de activos físicos están estrechamente relacionadas, y una no puede lograrse sin la otra.
Como puede verse en la tabla siguiente, la energía utilizada en la industria, el transporte, los edificios, la agricultura y la pesca (entre otros) es responsable del 73,2% de las emisiones mundiales de CO2. Por lo tanto, es imperativo que todas las organizaciones y gobiernos empiecen a gestionar tus activos físicos e instalaciones de forma sostenible, lo que incluye una gestión energética adecuada; de lo contrario, nunca estaremos realmente en el camino hacia la sostenibilidad.
Una gestión eficaz de los activos físicos garantiza el uso óptimo de los recursos, minimizando los residuos y maximizando la eficiencia. Esto es crucial para la sostenibilidad, ya que el uso racional de los recursos naturales es uno de los pilares para reducir la huella ecológica y garantizar que estos recursos estén disponibles para las generaciones futuras. Asociada a la eficiencia está, por supuesto, la reducción de los costes financieros de las organizaciones.
La gestión de activos físicos implica el mantenimiento (preventivo y predictivo) y la conservación de infraestructuras y bienes. Sin una gestión adecuada, los activos pueden deteriorarse rápidamente, lo que lleva a la necesidad de tustituirlos con frecuencia y, en consecuencia, a una mayor demanda de nuevos recursos y energía. El mantenimiento preventivo y una gestión eficaz prolongan la vida útil de los activos y reducen el impacto ambiental y los costes asociados a la producción y compra de nuevos materiales.
El uso de tecnología punta para gestionar los activos físicos permite recopilar datos y perspectivas valiosos que son esenciales para tomar decisiones estratégicas con conocimiento de causa. Las decisiones bien informadas son fundamentales para la sostenibilidad, ya que permiten a empresas y gobiernos evaluar el impacto Ambiental y social de tus acciones y elegir caminos que promuevan el desarrollo sostenible. Sin una gestión eficaz, la falta de datos puede llevar a tomar decisiones que pongan en peligro la sostenibilidad.
Hoy en día, las inversiones se dirigen a iniciativas y empresas que siguen prácticas sostenibles, lo que también significa gestionar tus activos de forma sostenible. Cada vez más gobiernos e instituciones optan por invertir en empresas responsables. Sin estas decisiones/opciones, las inversiones podrían seguir fluyendo hacia actividades que perjudican al medio ambiente y a la sociedad.
Incorporar los factores ESG a la gestión de activos físicos ayuda a identificar y mitigar los riesgos. Las empresas que descuidan estos factores se enfrentan a riesgos importantes, como catástrofes ambientales, problemas de credibilidad, pérdida de fondos o financiación, entre otros. Al optar por un negocio sostenible, las organizaciones se protegen y promueven la estabilidad a largo plazo.
La gestión de activos físicos en consonancia con los indicadores de sostenibilidad contribuye directamente a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas. Los ODS incluyen metas como la energía asequible y limpia, el trabajo digno y el crecimiento económico o la acción por el clima, entre otras.
Conclusión
La gestión de activos físicos no es una moda pasajera, sino una evolución necesaria en nuestra forma de hacer negocios e invertir. Al integrar los criterios ESG en las decisiones de gestión e inversión, no solo podemos lograr resultados financieros positivos, sino también contribuir a un futuro más sostenible y equilibrado.
Invertir de forma responsable no es sólo una elección ética, sino una estrategia inteligente para garantizar que, como organización, contribuimos a un mundo mejor. Al hacerlo, estaremos construyendo el camino hacia un futuro en el que la sostenibilidad y la prosperidad vayan de la mano.
Cuando esté evaluando una plataforma de gestión sostenible de activos, hable con Nextbitt y estaremos encantados de mostrarle nuestra solución en una demostración personalizada.