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Las emisiones de carbono están cada vez más en el punto de mira internacional, sobre todo las que afectan a las empresas -las que más contribuyen a su producción-, a las que la legislación y la sociedad presionan para que sean neutras en carbono en los próximos años.

De hecho, empresas como Apple ya se han comprometido a que su cadena de suministro y sus productos sean 100% neutros en carbono para 2030 (habiendo alcanzado ya este objetivo en términos de emisiones corporativas en todo el mundo), lo que significa que la compañía planea eliminar toda su huella de carbono 20 años antes de los objetivos fijados por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), el organismo de Naciones Unidas dedicado a evaluar las cuestiones relacionadas con el cambio climático.

Y por qué 20 años antes? De hecho, en un informe de 2018, el IPCC propuso un objetivo para 2050. En este documento, basado en exhaustivas consultas científicas, afirma que recortar las emisiones en torno a un 45% entre 2010 y 2030 y luego un 100% para 2050 limitaría el aumento de la temperatura del planeta a 1,5º centígrados. Este aumento, aunque no es el ideal, minimizaría los daños que el calentamiento global causará en las próximas décadas.

Por eso las emisiones de carbono están a la orden del día. Y cuando hablamos de emisiones, hablamos necesariamente de Scopes.

En el mundo empresarial, hablar de Scopes se ha convertido en una práctica cada vez más habitual, especialmente para las empresas comprometidas con la sostenibilidad. Sin embargo, es esencial entender qué representan los Scopes y cómo pueden influir en las estrategias empresariales.



¿Qué son los ámbitos?


Los alcances se refieren a las diferentes categorías de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) asociadas a las actividades de una organización. Es una herramienta fundamental para cuantificar y comprender el impacto ambiental de una empresa.



Analicemos cada uno de ellos:

Alcance 1: Emisiones directas


Este primer Alcance engloba las emisiones directas de GEI procedentes de actividades controladas por la propia organización. Incluye, por ejemplo, las emisiones resultantes de la quema de combustibles fósiles en las instalaciones de la empresa, como el uso de gas natural en procesos industriales, las emisiones de los vehículos de la flota y las emisiones resultantes del funcionamiento de las propias instalaciones de la empresa.



Alcance 2: Emisiones indirectas de energía


El Alcance 2 se refiere a las emisiones indirectas de GEI asociadas a la electricidad, el vapor, la calefacción o la refrigeración adquiridos por la empresa. Aunque la empresa no produce directamente estas fuentes de energía, es responsable de las emisiones derivadas de su consumo. Por ejemplo, si una empresa compra electricidad producida a partir de carbón, es responsable de las emisiones de GEI asociadas a la quema de este combustible.



Alcance 3: Otras emisiones indirectas


El alcance 3 abarca una gama más amplia de emisiones indirectas que se producen a lo largo de la cadena de valor de la empresa, pero que están fuera de su control directo. Esto abarca desde las emisiones procedentes de las materias primas y el transporte de los productos hasta el tratamiento de los mismos y el final de su vida útil. Algunos ejemplos son las emisiones de GEI asociadas a la producción de materias primas, como el cultivo de algodón para la fabricación de textiles, o las emisiones resultantes del transporte de los productos a los clientes finales.




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¿Cuál es la importancia de los alcances para su empresa?


Ahora que entendemos qué son los alcances, exploremos por qué son tan importantes para las empresas:


Identificación de oportunidades de mejora
Al analizar las emisiones en cada Alcance, las empresas pueden identificar áreas en las que pueden reducir su impacto medioambiental. Por ejemplo, una empresa puede descubrir que la mayoría de sus emisiones de Alcance 1 proceden de los vehículos de su propia flota y decidir invertir en vehículos eléctricos o en programas de optimización de rutas para reducir el consumo de combustible.


Gestión de riesgos
Conocer las emisiones en toda la cadena de valor ayuda a las empresas a gestionar los riesgos asociados al cambio climático y a la normativa medioambiental. Por ejemplo, una empresa que depende en gran medida de materias primas procedentes de regiones expuestas a fenómenos meteorológicos extremos puede sufrir interrupciones en la cadena de suministro debido a fenómenos como sequías o inundaciones.


Reputación y competitividad
Las empresas que adoptan prácticas sostenibles suelen gozar de una mejor reputación entre consumidores e inversores. Comunicar con transparencia sus resultados medioambientales, incluidas las emisiones en cada Ámbito, puede diferenciar a una empresa en el mercado y atraer a clientes e inversores con conciencia ecológica.


En resumen, los alcances 1, 2 y 3 son una forma de categorizar los diferentes tipos de emisiones de carbono que una empresa genera en sus propias operaciones y en su cadena de valor más amplia. Al analizar y actuar sobre las emisiones de cada Alcance, las empresas no sólo reducen su impacto ambiental, sino que también obtienen beneficios en términos de eficiencia operativa, gestión de riesgos y reputación. Por lo tanto, es esencial que cualquier empresa comprometida con la sostenibilidad comprenda e integre los Ámbitos en su estrategia empresarial.




¿Cómo puedo medir (y reducir) las emisiones de Alcance 1, 2 y 3 en mi empresa?


Identificar y reducir las emisiones de Alcance 1 y 2 suele ser más sencillo, ya que están bajo el control de la empresa.

Medir: este tipo de datos suelen existir dentro de la propia empresa y pueden encontrarse en las áreas de Compras, Finanzas, Logística o Sostenibilidad.
Reducir: las soluciones de descarbonización de la empresa pueden implicar decisiones de inversión, como optar por fuentes renovables de electricidad y gas o la transición de la flota a vehículos eléctricos.
El verdadero reto está precisamente en las emisiones de Alcance 3, que implican a toda la cadena de valor, con actividades upstream y downstream. Además de ser más complejo de controlar y medir, para muchas empresas también representa el Alcance con mayor impacto en su huella de carbono total (estimada en torno al 70% de las emisiones totales). Por ejemplo, en el caso concreto de una fábrica, las emisiones de carbono más significativas proceden de la extracción, fabricación y transformación de las materias primas que utiliza para su funcionamiento.


¿Cómo gestionar el reto del Alcance 3?


En primer lugar, hay que aceptar que la medición de las emisiones de Alcance 3 puede no ser una ciencia exacta y que los resultados tendrán que afinarse con el tiempo. Al principio, es posible que tenga que recurrir a algunas estimaciones del sector, datos estadísticos públicos de entidades de referencia, entre otros, para llegar a una cifra aproximada. Es mejor hacer una estimación razonable basada en datos creíbles que no hacer ninguna estimación y no tomar nunca una decisión.



A continuación, la solución implicará sin duda decisiones empresariales estratégicas y, en realidad, sólo hay dos alternativas:

Mantener a los proveedores actuales y buscar en colaboración soluciones para reducir las emisiones. Adopte una actitud educativa y ofrézcase voluntario para ayudar a sus proveedores en el proceso de cambio. Comunique claramente sus objetivos a su cadena de valor y esté atento a las nuevas propuestas del mercado. Optar por colaborar con proveedores afines, centrados en la transparencia y la auditabilidad, contribuirá sin duda a facilitar el proceso de cambio.

Considere la posibilidad de introducir cambios en su cadena de suministro, es decir, seleccionar proveedores que aborden la cuestión de las emisiones de carbono con verdadera preocupación y transparencia. Esté atento a las nuevas propuestas del mercado.

En resumen, las decisiones de compra y producción de los propios proveedores influyen en la medida en que se reducen o no las emisiones. ¡Y la elección de los proveedores depende de usted! Las empresas que desean adoptar las mejores prácticas incluyen la lucha contra las emisiones de Alcance 3 en su planificación, a pesar de su mayor dificultad. Mapear su huella y el grado de control que tiene sobre la fuente es una buena forma de empezar a gestionar las emisiones de su empresa.



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