En los últimos años, la economía ha crecido exponencialmente, ocupando un lugar central en todos los sectores de la sociedad. En los dos últimos años en particular, y en gran parte debido a la pandemia del Covid-19, la economía circular ha seguido esta tendencia de crecimiento en una gran variedad de lugares de todo el mundo.
Como hemos visto, con las políticas de bloqueo aplicadas por los gobiernos, se ha producido una reducción de la movilidad de las personas, disminuyendo a gran escala los desplazamientos en avión y en coche. Desde 1940, el planeta no había experimentado un descenso tan importante de las emisiones de CO2 a la atmósfera: aproximadamente un 7%. Por otra parte, la reducción de los desplazamientos también ha provocado un descenso de la demanda y del precio del petróleo (algo que hoy hemos olvidado).
Por tanto, podemos decir que la pandemia ha sido una aliada para concienciar y expandir la economía circular.
Pero, ¿qué es la economía circular y qué importancia tiene para las empresas?
La economía circular no es más que un concepto estratégico de producción y consumo que garantiza un crecimiento sostenible a lo largo de los años. Con unos recursos cada vez más escasos y la necesidad medioambiental de aprovecharlos mejor, la economía circular es esencial tanto para mantener los niveles de crecimiento económico como para la preservación del medio ambiente y la conservación de los recursos.
El objetivo de la economía circular es aprovechar mejor los recursos materiales de que disponemos aplicando tres principios básicos: reducir, reutilizar y reciclar. De este modo, se amplía el ciclo de vida de los productos, se aprovechan los residuos y se establece un modelo de producción más eficiente y sostenible en el tiempo.
Hasta ahora hemos vivido en modelos de producción lineales, es decir, extraemos, producimos, consumimos y desechamos. La sociedad en la que vivimos con este tipo de modelo está resultando insostenible para las personas y las organizaciones. La economía circular, en cambio, establece un modelo de producción y consumo más sostenible, en el que las materias primas se mantienen más tiempo en los ciclos de producción y pueden ser utilizadas repetidamente, generando así menos residuos.
Lo cierto es que hoy en día muchas organizaciones empiezan a tener claro que la sostenibilidad tiene una gran influencia en sus operaciones, sobre todo en lo que se refiere a la reducción de la huella de carbono que producen en sus actividades.
La sostenibilidad y la responsabilidad corporativa ya no pueden ser ignoradas, por eso hemos identificado 2 razones por las que la economía circular es fundamental para las empresas:
Protección de la marca
En los últimos años, el ecosistema organizativo se ha vuelto cada vez más digital, inmediato, pero esencialmente global. Esta idea de una "aldea global" significa que las empresas que no se adhieren a las normas de sostenibilidad actuales son criticadas por el público. A medida que las nuevas generaciones "empujan" a las mayores a cambiar, las organizaciones se sienten obligadas a incluir la economía circular y las políticas sostenibles en sus negocios.
Los consumidores están cada vez más dispuestos a pagar por soluciones sostenibles
Uno de los muchos argumentos utilizados por las organizaciones en contra del uso de soluciones ecológicas es su elevado precio. Sin embargo, los consumidores de hoy en día quieren apoyar a las empresas cuyas filosofías se alinean con sus ideales, y las iniciativas verdes están a la vanguardia. Si adopta un modelo empresarial más ecológico, podrá ampliar su base de consumidores y fidelizarlos. Varios estudios han demostrado que los consumidores optan cada vez más por comprar productos reciclables y sostenibles más caros que aquellos con altos niveles de producción de carbono.
En resumen, podemos ver que existe una gran urgencia en el ecosistema empresarial para que las organizaciones se vuelvan más "verdes" y sostenibles, reduciendo sus altos niveles de carbono. El primer paso para lograr este objetivo es implantar tecnologías de gestión de activos físicos capaces de aunar los módulos del Sistema de Gestión Medioambiental y del Sistema de Gestión Energética, lo que simplifica el cumplimiento de la normativa medioambiental y la elaboración de informes de sostenibilidad. Este tipo de tecnología garantiza la gestión del cálculo de la huella de carbono, basándose en toda la información de gestión de activos físicos: métricas de calidad de la energía, agua, gas, combustibles fósiles y seguimiento de los residuos peligrosos producidos. También permite a las organizaciones ver el consumo en tiempo real, de forma sencilla y a bajo coste.
Creemos que las personas y las organizaciones ya son conscientes de la necesidad de interiorizar los procesos de economía circular, pero aún queda mucho camino por recorrer en la definición e implantación de modelos productivos que sean eficaces.
Fuente:TekSapo
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